Al fallecer una persona sin herederos legítimos, instituye heredero a quien le cuide y asista en sus últimos años de vida. Además, designa albacea que será el encargado de concretar cuál es la persona que efectivamente ha cuidado y asistido al causante.
Se plantea la problemática de la designación arbitraria de un tercero, el albacea, de un nombramiento que debería hacer el testador por el carácter personal que tiene el testamento. Habría que atender a las cuestiones concretas del caso, estudiarlo con detenimiento, para llegar a la conclusión de que existen suficientes indicios para que el albacea concrete sobre alguien la designación hecha por el testador-causante.